¿Cómo creemos lo que creemos, por qué lo creemos de forma tan convincente?
Las creencias son juicios de valor, que tomamos como verdad y de las cuales estamos plenamente convencidos, no cuestionamos porque la mayoría de nuestras creencias la hemos adoptado como parte de nuestra identidad. Están muy arraigadas en el subconsciente, codifican la forma en que vemos el mundo y nos llevan a actuar de una determinada dirección.
Nuestras creencias surgen como producto de nuestro entorno, cultura, familia, relaciones, internet y experiencias. Nos han bautizado desde nuestra infancia con muchas de ellas, sobre todo a través del modelo de crianza que hallamos experimentado. Las integramos como filtro de nuestras propias decisiones.
“La vida es dura” “Envejecer es difícil” “hay que estudiar para llegar lejos” “Ser egoísta es malo” “Hay que pensar primero en el prójimo” “yo trato a los demás como me gustarían que me traten a mí” “si me porto bien me pasaran cosas buenas” “hay que marcar límites o te faltan al respeto” “las cosas tienen que estar perfectas” “hay que ser disciplinado para conseguir las cosas” “ya estoy mayor para esas cosas” “los hombres son así” “Primero necesito saberlo todo para poder hacerlo” “El universo trabaja para mí” “Todo lo que me propongo, lo logro”
“Lo que crees es lo que creas”
Nuestras creencias nos condicionan a actuar de manera determinada, influyendo en nuestra percepción e interpretación de la vida, en como pensamos o procesamos sucesos y comportamientos externos, en lo que sentimos y en cómo nos relacionamos con los demás.
Tienen tanto poder en nuestra capacidad de acción que llegan a reforzarse en nuestra vida como profecías que se cumplen. Por ello es fundamental comprenderlas y de vez en cuando cuestionarlas, buscando el corroborar si estas creencias todavía son verdaderas o falsas, si nos ayudan a crecer y a ser felices, o nos limitan, y condenan.
¿Para qué nos sirven?
Si indagamos en lo estudiado por la neurociencia, el trabajo de nuestro cerebro es el buscar la eficiencia y gestionar nuestra energía. Las creencias nos facilitan una ruta de acciones y filtros de decisiones.
Las creencias se han vinculado al sistema límbico y el hipotálamo del cerebro medio. El sistema límbico, vinculado con otras partes de nuestro cerebro, no solamente con lo emocional, se encarga de procesar la información que llega del córtex prefrontal y regula el sistema nervioso autónomo que controla funcionas corporales básicas. Debido a que son producidas por la estructura más profunda del cerebro, como nos cuenta Robert Dilts pionero de la Programación Neurolingüística, las creencias provocan cambios en las funciones fisiológicas fundamentales del cuerpo, siendo responsable de muchas de nuestras respuestas inconscientes. En efecto, uno de los medios por lo que sabemos que creemos realmente algo es porque activa en nosotros reacciones fisiológicas.
Como se demuestra en el efecto placebo, la relación entre creencias y las funciones psicológicas profundas hace posible esa poderosa influencia entre el campo de la salud y la sanación.
Las creencias pueden jugar a favor y en contra de que las persona alcancen sus objetivos y experimenten una vida plena. Las creencias con las que se trabaja en las sesiones de coaching son:
- Mis conducta: YO PUEDO
- Mi identidad: YO SOY
- Mi nivel socio/espiritual: YO MEREZCO
El coaching toma diferentes metodologías de la psicología y terapia cognitiva y las utiliza como herramientas para retar al cliente a cuestionar sus creencias limitantes, ayudando a reencuadrar esas declaraciones en creencias poderosas, incrementando así su capacidad de automotivación, gestión del diálogo interior y el foco en la acción. Sirviendo como experimentos que, a su vez, ayudan a construir la confianza en sí mismo y potenciar la vivencia como palanca de refuerzo a emplear en otros momentos de aprendizaje.
Creencias Potenciadoras
Para nuestra tribu de coaches ejecutivos es imprescindible retomar de diferentes metodologías y teorías filosóficas algunas creencias poderosas para lograr ser efectivos con nuestros clientes y eficaz en nuestro desempeño:
- Las personas están completas, contamos con todos los recursos que necesitamos, no nos falta nada.
- Lo que hacemos no define lo que somos.
- No hay fracaso sino aprendizaje.
- Lo que pensamos no es una realidad absoluta, tan solo es una interpretación de esta.
- Las personas hacemos lo mejor que podemos aquello que hacemos.
- Las personas podemos cambiar nuestros comportamientos.
- Toda persona puede llegar a ser su mejor versión.
¿Cuáles creencias poderosas te pueden servir a ti en este momento?
¿Cuáles creencias poderosas has identificado que te caracteriza?
¿Cuáles creencias poderosas puedes destacar de la persona que más admiras?
Creencias Limitantes
Creo que fue en la universidad haciendo el programa de coaching, que escuché esta pregunta que ahora me la hago constantemente en diferentes contextos: ¿Y eso te libera o te coloniza?
El peligro de las creencias limitantes es que nos bloquean y paralizan. La capacidad de aprendizaje se reduce y nuestro propio ingenio, el ser creativo que por naturaleza somos, es ignorado. Impiden que alcancemos nuestros objetivos y muchas afectan nuestro bienestar emocional.
Una fuente importante de creencias limitantes viene de cuando aprendemos a decir que “no somos” ante algo que simplemente no sabemos cómo hacer. “Soy así” “No soy capaz” “No valgo” Fusionamos nuestro Ser con el Hacer.
Los tres tipos de creencias limitadoras más comunes:
1. Desesperanza ¿Es posible?
“Sé cómo hacerlo, pero no lo hago”
“Yo le he intentado y no lo he logrado”
“Haga lo que haga, nada va a cambiar”
“No merece la pena tanto esfuerzo”
“es lo que hay”
“siempre se ha hecho así”
2. Impotencia ¿Seré capaz?
“No sé hacerlo”
“No doy para eso”
“No tengo tiempo”
“No tengo dinero”
“Es muy difícil llegar”
“No soy capaz de conseguirlo”
”No sé hablar en público”
“No sé vender”
“Es un rollo hacerlo”
3. Desmerecimiento ¿Me lo merezco?
“No me lo merezco”
“No estoy a la altura”
“debo ser perfecto”
¿Cuáles creencias limitantes has identificado que no están jugando a tu favor?
Fuentes: El Poder de La Palabra, Robert Dilts. Manual del Coach, Isabel Aranda. Sentirse Bien, David D. Burns.